Atracción física: descubre las cosas que nos hacen caer a los pies de alguien
Mucha gente habla sobre el amor y los sentimientos que tiene hacia su pareja, por ejemplo, pero antes de todo eso, antes de que el roce haga el cariño, hubo una atracción física, un deseo ardiente de sentirnos totalmente atraídos por esa persona, normalmente por su belleza o por su sensualidad, o por lo que nosotros entendemos que es el morbo. Esto hace que la atracción física se convierta en el primer paso para conseguir que otros caigan a nuestros pies. Conocerla es abrir un sinfín de posibilidades de conseguir a esas chicas que nos gustan y que aparentemente, no nos hacen caso.
Porque la atracción física no se basa solo en ser guapo o guapa y ya está. Sería un poco triste si fuera así porque entonces solo los más privilegiados podrían atraer físicamente a otras personas. Sin embargo, la atracción física depende también de otros muchos detalles y aunque no te lo creas, también de la personalidad. Es cierto que no es algo físico, pero la manera en la que nos comportamos, la forma en la que somos capaces de transmitir toda esa seguridad que llevamos dentro, hará que los demás nos vean también más atractivos por fuera. Y eso es justo de lo que vamos a hablar en este capítulo.
Proximidad a esa persona
Evidentemente, cuanto más cerca estemos de esa persona antes entraremos en su radar. Buscaremos las opciones para que se fije en nosotros, para que nos tenga en cuenta, y en muchas ocasiones basta con estar en el lugar y en el momento adecuado, porque esa persona acabará fijándose en nosotros. Por supuesto, tendremos que esforzarnos también para que, una vez consigamos su atención, la mantengamos. Debemos estar lo más presentables posible, bien vestidos y arreglados, pero igualmente ser capaces de sacar buena conversación, de sorprender, de hacer reír, de dejar huella en la otra persona para bien, para que se siga acordando de nosotros.
A mayor semejanza, mayor atracción
Es evidente que el tener cosas en común hace que muchas personas se sientan más unidas, porque al fin y al cabo comparten intereses y eso propicia más charlas, más encuentros. También podemos transmitir esa semejanza en la manera de vestir, de comportarnos, dejando ver que somos como esa persona que nos está viendo en ese momento. La atracción llega desde un primer vistazo, pero puede ir creciendo o decreciendo, dependiendo de lo que consigamos hacer para que esa persona siga fijándose en nosotros. Conocer sus gustos será un arma muy poderosa para poder mantenernos cerca y ser capaces de estrechar lazos con esa persona.
La impresión física y emocional a través de su lenguaje corporal
Porque no solo hablamos a través de las palabras, sino también de nuestras miradas, de nuestros gestos, de cada movimiento y cada cosa que hagamos, sobre todo si ya hemos conseguido que esa persona se fije en nosotros y está atenta a nuestros movimientos. La primera impresión física dependerá de lo bien vestidos y arreglados que vayamos, pero más allá de eso, debemos ser conscientes de cómo habla nuestro cuerpo por nosotros, porque esa persona, aun de forma inconsciente, se va a fijar en nuestro lenguaje corporal. Si somos más extrovertidos, si movemos mucho las manos, si estamos riéndonos todo el tiempo, eso ayudará a captar la atención de esta persona.
El intelecto y el ingenio
Pero no toda la atracción se basa en el físico, como ya habrás podido comprobar más de una vez. Puedes tener una cara bonita y un buen cuerpo, pero si a la hora de ponerte a hablar con la otra persona tienes menos conversación que una ameba, seguramente pierdas muchos puntos con ella. El ingenio es una de las mejores formas de llamar la atención de la persona que te gusta, haciéndola reír, haciendo comentarios ingeniosos en el momento perfecto. Más que intelecto, lo que necesitamos muchas veces es cultura general, para poder hablar de temas que puedan interesar también a esa otra persona y así conseguir acercarnos mucho más a ella.
La impresión de tener buenos genes más allá del atractivo físico
A un nivel más subliminal, los seres humanos estamos preparados para fijarnos en personas que cumplan un mismo fin: procrear y extender la especie. Es limitarlo mucho, pero en el fondo es así. Los hombres buscan mujeres hermosas y deseables, con curvas y buenas caderas, para traer hijos al mundo, y las mujeres hombres alfa, que dominen la situación para hacerlas sentir seguras en todo momento y que puedan también cuidar de la estirpe que nazca. El atractivo físico puede ser un punto a favor en esto, pero la genética habla también en nuestro cuerpo, en nuestra forma de ser, mostrando esa impresión implícita de que somos la pareja perfecta para consolidar una relación.